Hemos
comenzado el tiempo preparatorio para la Pascua, la CUARESMA.
Cuaresma
significa "cuarenta" y se aplica a los 40 días de intensa preparación
a la fiesta de PASCUA.
Jesús
se retiró durante 40 días. Moisés aguardó 40 días antes de subir al Sinaí.
Elías caminó durante 40 días hacia el Horeb. Y la marcha de los judíos por el
desierto duró 40 años. "40" es pues, un número simbólico que expresa
víspera, "preparación" intensa de algo importantísimo que, para nosotros,
es la PASCUA.
El tiempo de Cuaresma como hemos comentado anteriormente empieza el Miércoles de Ceniza y Domingo de ramos en el que comienza la Semana Santa. En ese período no se canta el "Aleluya" ni se recita el "Gloria" en la eucaristía.
El
Miércoles de Ceniza se nos dice: "Convertíos y creed en el
Evangelio". La Cuaresma es pues, un tiempo de conversión.
Convertirse
significa "volver", "cambiar", "corregir el
camino" "Renovarse". El cambio que queremos es pasar del
"hombre viejo" al "hombre nuevo". El "Hombre
viejo" es el que vive a espaldas de Cristo y del Evangelio. El
"Hombre nuevo" es el que sigue a Jesús y vive según el Evangelio. ¿Tú
eres un "hombre viejo" o un "hombre nuevo"?
Piénsalo bien. Algunos cristianos creen que la conversión es sólo para los
paganos y herejes. Y, claro, no necesitan la Cuaresma. Otros en cambio piensan
que con no comer carne los viernes o dejar de fumar ya han cumplido... ¡No! Si
no hay cambio, no hay Cuaresma. Cuaresma es cambiar de vida.
El
Miércoles de Ceniza es día de ayuno y abstinencia. Los Viernes de Cuaresma son
días de abstinencia sobre todo a no comer carne.
Ayunar por ayunar no tiene sentido y no hace a la gente mejor... Sobre todo en un
mundo en que muchos ayunan, no porque es Cuaresma, sino porque no tienen qué
comer.
Abstenerse
de comer carne es un signo que tiene su importancia por lo que significa.
El
ayuno y la abstinencia son "signos de conversión". No son "la
conversión".
Lo que interesa es cambiar el
corazón.
La
Cuaresma es un tiempo de renovación para la comunidad. O la hacemos todos juntos o no es Cuaresma. Hace Cuaresma: la pareja,
la familia, el grupo, la parroquia, la comunidad. Nadie hace la Cuaresma solo,
por eso acompaña a Jesús en el VÍA CRUCIS que se realiza en la parroquia
todos los viernes después de la misa.
El
hombre de hoy es un poco autosuficiente y algo olvidado de Dios. Confía
demasiado en la razón y, a veces se cierra a la fe, ¿no te parece? El hombre de
hoy piensa que la Cuaresma es para los "carrozas" y los
"carcas": "ya no se estila". Dicen que el hombre de hoy ha
perdido la conciencia de pecado. ¿Será verdad que ya no hay pecados?, ¿O será
que el hombre de hoy necesita más que ningún otro convertirse?
Lo
que pasa es que convertirse es algo complicado. Cuando el hombre de hoy comprenda
lo serio que es cambiar de vida y poner en cuarentena el corazón, entonces se
dará cuenta que necesita la Cuaresma. El hombre de hoy es el hombre del
evangelio, porque el evangelio siempre es de hoy.
Todos somos hombres de hoy, que
necesitamos una Cuaresma de "hoy".
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